martes, 24 de septiembre de 2013

Curiosidades a mala leche

Hoy vamos a hablar de curiosidades, pero no de esas que dices... qué interesante, sino de esas que te ríes y piensas cuánta razón, y que nadie más se dé cuenta… Pero lo que no vemos es que sí, alguien más se da cuenta. Todo el mundo se da cuenta. Todos, menos el que lo hizo. Una medalla para ese héroe.


¿Por qué cuando buscas una papelera no ves ni una?

Por alguna extraña razón, ayer no fui capaz de encontrar una papelera en, al menos,  un kilómetro a la redonda. Tan solo quería tirar un chicle. Me cansé de mascarlo pero está feo tirarlo al suelo. Más que feo, es una auténtica cochinada o, dicho finamente, poco cívico. Pero no había papeleras. Ni una. Ni de lejos, ni llenas ni vacías. No había. Al final tuve que lanzarlo en un contenedor previa  duda de si lanzarlo al de orgánica o al de plástico. Eso sí, en cuanto me hube deshecho de él, tan pronto giré la esquina tomando el inhóspito y solitario paseo que rodea los últimos edificios construidos en mi ciudad (los pisos siguen sin vender y están vacíos), pude contar alrededor de 15 modernas papeleras (una cada dos árboles para ser más exactos) en un recorrido de no más de 200 metros. Vacías. Todas vacías. Como la calle. Como los pisos.

El mismo criterio de “todas en uno y ninguna en cien” podría ser aplicable a tantas otras circunstancias como la búsqueda de una gasolinera en momentos de necesidad, llamadas a tu móvil (cronológicamente coincidentes en el mismo minuto del día), etc.


Productos con dificultad añadida

¿Habéis probado últimamente a abrir una lata de mejillones (por poner un sucio ejemplo) en escabeche? El que inventó tan genial invento (válgame la redundancia) era un inventor con muy mala leche (me disculpen ustedes y me disculpe el inventor). Algo debió pasarle momentos antes de tan ingeniosa idea y a cambio nos imprimió su invento cargadito de rabia y venganza. Porque es como una venganza oiga… Conseguir abrirla sin mancharte y salir airoso manteniendo los cinco dedos de tu mano ilesos es misión casi imposible, diría yo.

El mismo criterio de “abrir o morir” es aplicable a bricks de leche, zumos, paquetes de azúcar, arroz, calamares en su tinta y un largo etc (aunque unos manchen más que otros).

Petición: Quiero conocer en persona a los directores del departamento de calidad de algunas empresas comerciales de productos alimenticios. A ellos seguro que se los dan a probar servido en vajilla de lujo y sin lata ¿verdad?


Me perdí siguiendo indicaciones

Capítulo aparte necesitaría el tema de los itinerarios. Los empleados de carreteras del estado cumplen órdenes, imagino. Les dicen coloca este cartel aquí y ellos van, lo colocan, se comen el bocata y se largan. Pero acaban de colocar un cartel que pone “casa rurual a 2 kms” o “Cuenca a 20 kms” (justo a 200 metros de otro que indicaba que Cuenca estaba a 22 kms). Los kilómetros más cortos de la historia, añadiría, y existen unos cuantos en nuestro país.



Lo mejor es, sin ánimo lucrativo ni comercial lo digo, recurrir a los gps. Esos aparatitos que poníamos en el salpicadero del coche y nos iban hablando con voz robótica todos compinchados con alguna cadena secreta de restaurantes y áreas de servicio que, aunque te queden a 200 kms haciendo un bonito y turístico rodeo, insisten en redirigir tu ruta si decides acortar camino guiado por algo obsoleto llamado sentido común. Pero ahora todos tenemos gps en nuestros teléfonos móviles. Han mejorado algo "la voz femenina que te habla" aunque más que hablar, ordena. Bastante desagradable la mayoría de ocasiones, bien parece que hayan contratado alguna mujer procedente del ejército profesional ya jubilada para hacernos vagar por esos caminos de dios sin ton ni son, que no sin tomtom.


Curiosidades del vivir... algo parecido a la famosa y tan prolífica Ley de Murphy: ligar cuando menos arreglado vas, encontrarse con un amigo cuando más prisa llevas, que el semáforo esté en rojo y tú llegues tarde, que te pique la nariz con las manos manchadas, pasarse una hora buscando aparcamiento para que después salgan 3 al mismo tiempo, que llueva cuando no llevas paraguas, que salga el sol cuando te olvidas las gafas de sol, que se presente tu madre en casa sin previo aviso justo el día que decides la imperiosa necesidad de limpiar la leonera, agotar el agua caliente mientras te enjabonas el pelo, que la cola de la cajera de al lado avance muuucho más rápido que la tuya... esas pequeñas cosas que hacen interesante el día a día, poniéndote a prueba una y otra vez.

La curiosidad del día es explicaros que he descubierto que el tal Murphy existió realmente. Al parecer, el tío (si se me permite la confianza) trabajaba con pruebas de cohetes sobre rieles (oficio extinguido actualmente, no os hagáis ilusiones que os conozco). Ya empezando por ahí... ¿qué podemos esperar? El caso es que el asistente de Murphy montó unos arneses mal y, como consecuencia, el experimento falló, obviamente. Murphy, que debía estar algo enfadadillo (seguro que había intentado tirar su chicle en una papelera 5 minutos antes), le echó toda la culpa a su poco hábil asistente diciendo algo así como "si esa persona tiene una forma de cometer un error, lo hará". Pero los amiguetes, entre risas y jocosos comentarios, transformaron las palabras de Murphy en "si puede ocurrir, ocurrirá". Y ocurrió. Su negatividad se convirtió en Ley, por los hijos de tus hijos y los nietos de tus nietos, amén.

Así que, como siempre, la mejor respuesta: paciencia y tolerancia... ¡ah! y mucha risa; éso que no falte.
Sed buenos pero, sobre todo, sed felices, y si no mascáis chicles, mejor.


lunes, 23 de septiembre de 2013

Otoño, seas bienvenido.

Hoy quiero darle una cordial bienvenida a esta nueva estación: El Otoño.




Personalmente es mi época del año favorita. No puedo evitar sentir placer en esas ricas mañanas fresquitas echándome una rebeca por encima, o por las noches cuando el aire entra algo menos que frío por mi ventana, arropándome con la sábana mientras me acuerdo de esas calores ya pasadas. Mucha gente me confunde cuando lo digo porque relacionan Otoño con frío y nada más lejos de mi intención. Los que me conocéis entenderéis porqué lo digo: odio el frío. Pero en estas latitudes existe el punto intermedio del que tan orgullosa me siento, con sus “ni frío ni calor”, con sus “ahora tengo frío y hace un momento estaba sudando”. El Otoño es así y a mí me encanta.


 
En pleno “Veranillo de San Miguel”, me divierto viendo “el Carnaval” (del que también participo). Así lo llama mi madre. Es posible encontrarse una mezcla rocambolesca de estilos veraniegos (chanclas, shorts, etc) con chaquetas abrigonas y camisetas de manga larga todo en una misma persona. No sabemos qué ponernos. Con los pantalones largos pasamos aún calor pero si los llevamos cortos parece que las piernas se enfrían… Nos resistimos a coger la chaqueta para “por si acaso” pero luego nos arrepentimos de no haberla cogido.




Curiosidades de este Otoño: 2 eclipses. Uno parcial de Sol (visible en Australia, Nueva Zelanda, Pacífico Sur, Antártida y sur de Sudamérica); el otro de Luna, visible desde España, éste sí. Ambos tendrán lugar en noviembre. Otro fenómeno que podremos observar será la lluvia de meteoros. Así que tenéis para todos los gustos.

Y por aquéllo del "no te acostarás sin saber una cosa más" os hablaré de Giuseppe Arcimboldo, pintor italiano del siglo XVI conocido por sus representaciones del rostro humano a partir de frutas, objetos, animales o plantas y que ahora nos viene al pelo con esta obra, representación artística y curiosa del Otoño:




Para acabar por hoy, formularé una pregunta al aire: 
¿Por qué cambian las hojas de color en Otoño?



domingo, 22 de septiembre de 2013

HUÍDA

Y que hoy, cada uno, huya hacia donde quiera.


Huir…
Sin mirar atrás
Sabiendo sin saber
Que no hay nada más
Que solo puedes correr
Que no puedes parar
Que algo te espera
Allí a lo lejos
Sin tú saberlo
Porque no sabes nada.
Pero corres sin saber
No esperando nada
Queriendo lo imposible
Queriendo todo o nada
Ansiando algo mejor
Deseando un mañana
Solo puedes correr
Sin tu paso detener
Porque aquí no espera nada.
Si esto es lo que tienes
Solo queda la escapada
Mirando hacia lo lejos
Porque cerca ya no hay nada.
Huir…
Hacia lo desconocido
Sin miedo ni sombras
Arriesgando lo que tienes
Porque no tienes nada
Pero sin nada que perder
Y sin peso en tus sandalias
Corre hacia lo lejos
Y clava allí tu mirada
Que ella no siente temores
Que no entiende de dudas
Que no tiene temblores
Cuando siente la llamada.
Y ahora huye
Huye sin decir nada
Algo te espera a lo lejos
Algo mejor que nada
Porque aquí ya no tienes
Compañero de esperanza
Pero lo desconocido
Se torna, zancada tras zancada,
Un nuevo posible
Algo por hacer aún
Algo que no terminaste
Algo que quedó pendiente
Una nueva oportunidad
Que la vida nos brindó
Para evitar lo inevitable
Para vivir lo no vivido
Para sentir lo olvidado
Para amar lo temido
Y soñar con un mañana.
Huye tu camino
Con el viento a tus espaldas
Porque nada queda atrás
Porque allí existe un mañana.
Nadie, ninguno, nada
Allí lo tienes a lo lejos
Esperando ser alcanzada
Como quien persigue
Algo desconocido
Algo que no pesa nada
Como quien vislumbra
algo imposible
Que sin comprender ni ser tuyo
Aprendes a perder
Aprendes a dejar
Aprendes a olvidar
Sin llegar a comprender
Sin cerrar lo que se fue
Sin olvidar lo que es perder
Porque no dejaste nada.
Huir…
Nada queda en esta estancia
Tan solo comprender
Que no pierde el que huye
Sino el que no arriesga
Por sobrevivir
Por renovarse
Y flotar en la burbuja
Que los versos de la vida
Van fluyendo sin escape
Dejando sin decisión
Todo lo olvidado
Porque nada vale ya
Un pecado reconocido
O un fallo establecido
En una línea marcada.
Huyendo hacia delante
Huyendo de la nada
Viviendo más deprisa
Sabiendo que no acaba
Pensando en color verde
Oliendo como el agua
Que sin olor ni sabor
A mí me sabe a esperanza.
Ahora huye sin pensar
Mas si piensas
Hazlo solo
Para desear lo que queda
Para soñar con un mañana. 


viernes, 20 de septiembre de 2013

Marketing de Afiliados e Intercambio de Visitas


He tenido muchas dudas acerca de si publicar o no esta entrada pero finalmente mi personalidad, siempre tan propensa a correr riesgos, ha decidido ser sincera. No podía callarme esto ni me apetecía hacerlo. Espero no perjudicar a nadie con mis palabras, pues nada más lejos de mi intención, pero me creo en la necesidad de explicar esta experiencia.

Hace algunos días decidí comenzar a registrarme en páginas de marketing de afiliados.

Algo más abajo os dejo un glosario con palabras que he ido descubriendo desde mi más absoluta ignorancia cibernética y que ahora ya no revisten misterio alguno para mí.

Siempre es bueno investigar por cuenta propia y experimentar de igual forma. Está bien enterarse en qué consiste tal o cual tendencia, pero igual de bien está decidir si estás o no de acuerdo en seguir esa tendencia.

El marketing de afiliados consiste (en palabras de estar por casa) en unirse a webs dedicadas a publicitar campañas de productos (hoteles, viajes, ropa, contactos, seguros, libros, etc). Tú incluyes un anuncio (con enlace o link) a través de tus redes sociales, bien sea en tu blog, en tu Facebook, en tu Twitter o simplemente bombardeando de mails a tus amigos y ellos a cambio te dan dinero por cada click que estas personas receptoras hacen en esos enlaces.

Lógicamente, cuantos más clicks en los enlaces, más dinero ganas tú. Así que para conseguir una mayor audiencia en tus anuncios, entran en juego las webs dedicadas a conseguirte precisamente eso: audiencia. Te registras y entras en un intercambio de visitas con otros usuarios, donde ellos visitan tu página y tú visitas las suyas.

Parece sencillo y efectivo ¿verdad?

Como tantas veces… la teoría es buena. La práctica os la voy a relatar yo ahora:
En dos días conseguí 15 clicks en mis anuncios. 15 clicks a 0.01 euros el click… hagan ustedes el cálculo. Una fortuna. Montante que además cobrarás dentro de algunos (muchos) meses, porque esas empresas de afiliados no pagan si no es a partir de un mínimo de 25 euros en su mayoría, aunque las hay que fijan el mínimo en 50 o 100 euros. Es decir, que debes conseguir que unos 5000 amigos de media hagan click en tus anuncios. Sin comentarios.



En cuanto a las visitas generadas por las páginas de intercambios os diré que, sí, generan visitas. Sin embargo, para ello, me he tragado alrededor de unas 450 páginas web de otros usuarios, en su gran mayoría hablándome sobre las grandes fortunas que puedes conseguir afiliándote a sus webs y aportando nuevos afiliados que a su vez aportarán nuevos ingresos, etc etc etc. Llegó a ser enfermizo hacer una vez tras otra click en sus webs para conseguir audiencia para la mía. Pero nadie lee realmente tu página. Tan solo la abren, esperan los 15 segundos que debes tenerla abierta para poder clickear en “siguiente” y siguen viendo páginas. Es una audiencia falsa (y también sin escrúpulos).

Horas perdidas inútilmente para descubrir que todo es, finalmente, el timo de la estampita. El dinero no se cría en los árboles, tal como me decía hace no tantos años mi madre, pero mucha gente se empeña en sembrar la semilla de la ilusión en personas ingenuas que aún piensan que es posible amasar una fortuna sentados en su silla de casa y clicleando un ratón incansablemente. Es una situación, cuanto menos, rocambolesca y absurda.

Me voy a ver la luna, que dicen que esta noche está llena y contemplar su luz me parece ser una forma mucho más bonita de emplear mi tiempo que seguir pecando de afiliada sin escrúpulos.

Si alguno de vosotros no está de acuerdo, puede dejar su comentario sin prejuicio alguno. Así mismo, os animo a visitar el resto de mis entradas anteriores. Hay de todo, como en botica, pero desde el principio decidí que este blog no tendría una temática única y especializada como la mayoría, sino que hablaría de lo que cada día me apeteciera. Porque no todos los días nos apetece hablar de lo mismo ¿no??


Besos y gracias por leerme.

GLOSARIO
Marketing de Afiliados
Banner (barras publicitarias en las que hacer click)
Rentabilizar tus contenidos web
Partners
Campañas
Visitas Pirata
Intercambio de visitas
CPS (Remuneración por Venta), CPC (Remuneración por Click)

Y tantas otras...


viernes, 13 de septiembre de 2013

La mala fama del viernes 13...


Sí amigos, hoy es viernes 13. Acabo de leer que es tan solo un martes y trece que llega tarde y me he sonreído. Cuanto menos original ¿no?

Pero ¿de dónde viene la mala fama del viernes 13? La mala asociación semanal-mensual tiene su orígen, nada más y nada menos que, en un mismo viernes 13 pero de hace más de 700 años… en 1307, cuando el rey Felipe IV de Francia ordenó detener a todos los Templarios del país, tan perseguidos por la Santa Inquisición. Incluso más que por la orden en sí, por las torturas a las que dicen fueron sometidos.

Vaya vaya… ¡los Templarios! Quién lo iba a decir ¿eh? Pero no acaba ahí la cosa: algunos historiadores achacan la superstición a orígenes bíblicos, haciendo alusión a la Última Cena de Cristo con sus apóstoles. 13 Comensales para ser exactos.

El cine, haciéndose siempre eco de cualquier curiosidad o fetichismo, llevó a la gran pantalla la famosa película Viernes 13 (¿original ehhh?) que en 2009 hizo, por su contexto de terror, más grande aún la bola de “mal rollo” al día en cuestión, dejándonos un estigma ya difícil de quitar en nuestro calendario.

En fin, yo voy a tachar en mi agenda el 13 y voy a poner 12+1 como hacen algunos, o mejor aún, 14-1 para ganar en originalidad.

Como curiosidad comentaré que el día de la semana que más veces ha coincidido en 13 a lo largo de la historia es, precisamente, el viernes. Según el calendario gregoriano, vamos, el nuestro, el que conocemos, el que incluye los años bisiestos cada cuatro, son más numerosos los viernes 13 que los martes y 13, por ejemplo.


Recordando el tema del que ya hablé en otra entrada anterior, (http://mirinconimaginado.blogspot.com.es/2013/08/supersticion-propension-la.htmlque cada cual se lo tome como pueda y haga uso del amuleto o precauciones que crea oportunas porque el viernes 13 es, tan sólo, una superstición


jueves, 12 de septiembre de 2013

Decisiones




La mayoría de nosotros crecimos rodeados de unos padres que tomaban decisiones por nosotros: elegían nuestra ropa, nuestra comida, nuestro colegio y a veces hasta nuestras amistades.

Recuerdo el momento en el que tuve que comenzar a tomar mis propias decisiones: a finales del Bachillerato toca elegir qué camino académico tomar. Decidir qué rama educativa te interesa y hacer realidad aquello de “¿tú qué quieres ser de mayor?” Sin embargo, no siempre estamos preparados para la toma de decisiones y mucho menos de intuir qué camino será el mejor para nosotros.

La vida es pura decisión. Elegir amigos: no siempre sabemos elegir, muchas veces nos acomodamos a esos viejos conocidos a pesar de ser conscientes de que cada vez que quedamos con ellos llegamos a casa más nerviosos que un gato en una perrera. Elegir pareja, saber si debes seguir con esa pareja o si te arrepentirás toda la vida por dejar esa relación, decidir si quieres o no casarte… Decidir un cambio de residencia. Decidir qué colegio será el mejor para tus hijos. Elegir la ropa que te pondrás mañana. Elegir entre filete o lenguado. Elegir respuesta A o B en un cuestionario. Decidir si seguir leyendo ésto o no... Elegir es decidir.

Tomar decisiones nunca fue fácil. Hasta ahí todos de acuerdo. Unas veces más que otras, también está claro. Sin embargo, ¿no habéis escuchado nunca aquello de… qué habría sido de mí si… o si hubiera hecho aquello en aquel momento…? ¡No solo lo hemos escuchado sino que lo hemos pensado todos!

No hay vuelta atrás. Lo hecho, hecho está. Ahora puedes enmendar errores (lo que creemos que fueron errores porque siempre guardan la "presunción de inocencia") o seguir arrepintiéndote toda la vida. Pero es probable que si hubieras hecho aquello o si hubieras dejado de hacerlo (cada cual que se lo aplique como deba), a buen seguro no estarías donde estás (y a saber dónde estarías). Tu pasado es lo que ha hecho de ti lo que eres hoy. Sin todos esos errores, tú no serías la persona tan estupenda que eres y yo no estaría ahora aquí recordándotelo. Piensa. Nadie nos asegura que no vayamos en el camino correcto. Tan solo que quizás aún no hemos llegado donde debíamos. Nos falta recorrer una parte del camino, siempre, y ahí es donde estamos.

Desde mi mitad del camino he decidido seguir luchando (aún no sé cómo, también lo digo) pero, como digo siempre, la vida me conducirá.


Sed buenos, amigos.


domingo, 8 de septiembre de 2013

Escapada de fin de semana


Este fin de semana he podido hacer una escapadita rural a uno de esos lugares perdidos del mundo donde encontrarse con la naturaleza en su estado más puro. Un lugar perdido para perderse:

Los nacimientos del Río Segura y del Río Mundo.

No es mi intención hacer una ruta profesional para aventureros con datos de kilometraje y posibles rutas alternativas, sino relataros mi experiencia por si en algún momento a alguien le apetece conocer ese rincón desconocido.

Comenzamos nuestra visita comiendo (sí, rara forma de empezar, lo reconozco) en el Hotel San Francisco de Santiago de la Espada (Jaén) donde hemos comprobado que el cordero a la segureña es inigualable al resto de congéneres tanto en sabor como en textura. Precio asequible del menú: unos diez euros por persona con postre, café y bebida incluida (2 euros más si se consume el mencionado cordero autóctono).

Ahora ya sí, nos dirigimos al nacimiento del Segura, por la A-317 y pasando por el Parque Natural de Sierra del Segura. Siguiendo las indicaciones llegamos a la aldea de Fuente Segura donde nos encontramos con un nacimiento nada ostentoso de tan ilustre río. 


Apenas un pequeño lago en apariencia, nada hace intuir las dimensiones que más tarde tomará el Segura. Aguas cristalinas, de un azul turquesa precioso y una transparencia propia de aguas vírgenes, las aguas nacientes del Segura son un espejo donde tu reflejo se confundirá con las profundidades de la naturaleza.



Sin más que ver por allí, nos disponemos a ver el otro nacimiento: el del Río Mundo.

Pasamos por Pontones, localidad a la que pertenece la aldea antes mencionada de Fuente Segura, y que toma su nombre con toda probabilidad de los numerosos puentes que unen calzadas con accesos a viviendas. Peculiar cuanto menos.

Continuamos la ruta por Pontón Alto y tras muchos kilómetros de bonitos paisajes de bosques y pinares, llegamos de nuevo a la civilización de Siles.



Hemos de mencionar que nos hemos arrepentido de no llevar una tienda de campaña y poder hacer las rutas paisajísticas con más calma a pie y no en coche. La zona dispone de zonas de acampada libre y hubiera sido una buena opción.


En fin, ya en Riopar buscamos el nacimiento del Río Mundo. Quedamos encantados con las montañas acantiladas y sus numerosos chorros de agua cayendo por doquier. La vegetación, las rocas, el sonido inconfundible del agua cayendo… todo hace del entorno un lugar que enamora. Agotados por la subida, nos sentamos en una roca y nos dejamos embaucar por la magia que nos rodea.

Comparto algunas fotos que espero ilustren mis palabras y os empujen a visitar mi nuevo descubrimiento.


 




Ahora ya puedo decir que he visto donde nace el Mundo.


¿Os animáis?

martes, 3 de septiembre de 2013

El Misterio de las Letras Perdidas

Hoy tan solo dejo un cuento de mi invención. Disfrutad de su lectura.


El Misterio de las Letras Perdidas

Había una vez un pueblo sin letras. Era un pueblo como otro cualquiera, con sus casitas blancas y sus simpáticos aldeanos, árboles en las calles, fuentes de agua, buzones de cartas y hasta biblioteca tenían. Pero si bien las casas cobijaban, los árboles daban sombra, las fuentes saciaban su sed y los buzones se cargaban de cartas… las bibliotecas estaban tristes.

Hacía ya mucho tiempo que nadie acudía a sus salas para abrir un libro y disfrutar de su lectura. Así fue cómo los libros comenzaron a sentirse tristes, muy tristes.

Tal era la tristeza, que lloraban. Sus lágrimas no podían ser de agua, pues entonces el papel de sus hojas se mojaría de forma irremediable. Así que lloraban letras. Comenzaron llorando poquito… alguna w poco usada de la que podían prescindir o quizás una x olvidada. Sin embargo la tristeza se había apoderado tanto de sus páginas que pronto comenzaron a llorar cualquier tipo de letra, hasta hacer ilegible la mayor parte de su escritura. Lloraban mares de frases. Lloraban párrafos enteros. Pero nadie parecía darse cuenta.

Un buen día, cuando ya todos los libros no eran más que cuadernos en blanco, un hombre flacucho y endeble se presentó en la biblioteca. La notó abandonada pero, a pesar de todo, caminó hasta las estanterías del fondo y agarró el primer libro que tuvo al alcance. Su sorpresa fue descomunal. Pensando primero que se trataba de un libro defectuoso, el buen  hombre agarró uno tras otro los libros que iba eligiendo al azar, para ir comprobando cómo lamentablemente ninguno de ellos tenía nada ya que leer.

Perplejo, salió de la biblioteca y se dirigió al Ayuntamiento a pedir explicaciones.

Poco pudieron averiguar. Hicieron un amplio estudio de la situación y durante algo más de tres días estuvieron examinando uno a uno los viejos libros que descansaban en aquellas polvorientas y agrietadas estanterías grises. Era algo inaudito.

Llamaron a entendidos en la materia, filólogos y catedráticos, escritores y curiosos, todos acudieron al pueblo sin letras. Pero poco pudieron hacer. Allí no había nada que leer. Hasta los carteles indicativos de las calles… perdían sus letras.

Un buen día, mientras aún meditaban en lo sucedido sin entender la razón de todo aquello, alguien oyó la voz de un niño que, a su paso por la calle trasera, leía en voz alta una carta. Era una carta que un primo suyo le había enviado preguntándole por el misterio de las letras perdidas. Mientras las palabras del niño aún salían por su boca, el Alcalde allí presente se percató de una palabra escrita en el libro que aún sostenía entre sus manos. Algo había pasado. Las letras habían vuelto.

El Alcalde salió corriendo y, jadeando aún, le rogó al niño que entrara en la biblioteca y leyera aquella carta en voz alta. Ordenó al resto de los allí presentes cerrar los libros y volverlos a abrir, esperando que la magia hiciera el resto.

Efectivamente la magia hizo lo que debía y las letras fueron regresando no se sabe muy cómo a las páginas abandonadas. Abrían uno y otro y otro libro y allí estaban todas aquellas lágrimas derramadas, todas aquellas frases perdidas.


El pueblo entero acudió al lugar durante aquel día. La biblioteca se llenó de gente que, leyendo con avidez, llenaban el eco de la sala de un murmullo sin igual. Era el murmullo de la lectura. Era música celestial para las letras. Era magia.


lunes, 2 de septiembre de 2013

COMPRAS ON LINE


Desde hace un tiempo a esta parte vengo observando, cada vez con mayor frecuencia, la proliferación de empresas dedicadas a la venta on line. Lo mismo da que hablemos de viajes, hoteles, tratamientos de salud o belleza, cursos de formación, libros… Tantos son los anuncios que incluso se han creado buscadores de “la mejor oferta” cuyo trabajo consiste precisamente en eso: buscar por ti el mejor precio de aquello que necesitas. Ahorras en tiempo y, la mayoría de las veces, en dinero también.

Sin ir más lejos, he podido comprobar por mí misma que la tienda donde suelo hacer mis compras de productos de estética ofrece mejores precios haciendo la compra a través de su página de Internet. Además del precio, siempre más bajo, con cada pedido me regalan un artículo a elegir entre al menos ocho. Sumas puntos con cada encargo, canjeables después también por regalos. Y te ofrecen 4 formas distintas de entrega. Creo que no se puede pedir más.

No es el único caso. Miles de empresas ofrecen ventajas por comprar en sus páginas web y hasta tienen cupones descuento ubicados en otras páginas colaboradoras que aún haciendo de intermediarios, te siguen ofreciendo mejor precio final que si te molestas en ir a comprarlo en persona.

Bien pudiera parecer que las tiendas pasarán a la historia, sin embargo, a pesar del tráfico de mails y mensajes de móvil, siguen existiendo buzones de correo ¿no es así? Así que no creo yo que llegue la sangre al río, aunque eso sí: van a tener que espabilarse en mejorar su oferta.

Para los reticentes o desconfiados (entre estos últimos yo me incluyo) os diré que muchas de esas webs de compras ofrecen diferentes formas de pago. No es necesario introducir tu número de cuenta bancaria ni de tarjeta en esta gran red llamada Internet. Basta con poner una dirección de entrega postal (de las de toda la vida, vamos) y pagar contra reembolso. Aceptan cambios si no estás satisfecho con tu pedido y hasta te compensan con un descuento extra para tu próximo pedido en caso de tener alguna incidencia a la hora de hacer la entrega en el plazo previsto.

No hablamos tan solo de comodidad, sino de encontrar artículos que no encontramos en la librería del barrio. Encontrar ropa interior de talla extra grande en tiendas de todo el país. Encontrar artículos de primeras marcas a precios de outlet. Encontrar aquel artículo que no sabes si existe solo en tu imaginación y descubrir que está a la venta a 700 kms de tu domicilio. Encontrar el regalo perfecto al precio ideal.


Para mí, las ventajas son cada vez mayores en muchas de las transacciones. Tan solo hace falta una cosa : precaución para no comprar en sitios que no ofrezcan suficientes garantías y también para no llenar demasiado tu cesta de la compra porque al final… ¡hay que pagarlo igual!



En mi blog teneis algunos enlaces para hacer compras de todo tipo, aunque son un grano de arena en este universo. Pero por algo se empieza...

¡Feliz compra!


domingo, 1 de septiembre de 2013

Septiembre



El mes de la vuelta a.... se convierte demasiadas veces en algo difícil de superar.

Ni qué decir de ese crítico momento en el que has de cerrar la puerta del apartamento que ha hecho realidad tu bonita semana en la costa, o de esa despedida de tus padres, a los que dejas en el pueblo. Subir las maletas al maletero. Montar y comenzar a conducir rumbo a tu lugar de origen. El viaje da para mucho pensar... sí, señores, se acaban las terracicas de verano, esas cervecitas hasta pasadas las doce, las playas, los viajes, las escapaditas a algún lugar perdido y, todo hay que decirlo, se acaba el dinero también. Hemos gastado más de lo que pensábamos y lo peor de todo es que  hace ya semanas que nos dimos cuenta de ello... pero nos dio igual. Pensamos "llevo todo el año trabajando" o "ya estoy cansado de vivir siempre mirando cómo llegar a fin de mes" "me lo merezco". Nadie te quita la razón, oye. Pero como dijo aquél: a lo hecho, pecho.

Así que septiembre es el mes de sacar pecho, de afrontar que gastaste el dinero de tu próxima cesta de la compra, de los libros de texto de tus hijos (algo grave, sí) o de otras muchas cosas que nos iremos encontrando a medida que pase el mes y olvides cada vez con mayor rapidez lo bien que lo pasaste en aquellas ya lejanas vacaciones...

Definitivamente, he llegado a la conclusión que los deseos y declaraciones de nuevas intenciones no deberían hacerse en enero con la entrada del nuevo año. Deberíamos proponernos los cambios siempre en septiembre. Colmar nuestro espíritu de nuevas iniciativas y proyectos en este mes puede llegar a ser, psicológicamente hablando, mucho más positivo. Regresar a casa pensando: mañana empiezo la dieta (para quitarnos esa barriga cervecera de las vacaciones), el lunes me apunto a un gimnasio (te harán buen precio ahora que la operación bikini quedó atrás), pensar en ahorrar algo todos los meses, dormir más, cuidarte más, etc siempre hará que te tomes el comienzo de este mes con algo más de filosofía y autoestima que tratar de asumir que te queda por delante un año entero para volver a disfrutar de unas merecidas vacaciones.

Así que, paciencia. Septiembre te acecha y solo tú puedes hacer que éste sea el mes en el que, si no todo, algo sí cambió.

Besines y ... a continuar luchando.