Mi manía loca es hablar del libro como si fuera algo que en realidad hubiera pasado y que hable como si fuera la cosa más normal del mundo y que de pronto me pregunten "y quien es …?" o "y de donde sacaste que…?" y yo "ups, no has leído el libro verdad? em...léelo".
Así de curioso describe una chica su pasión por la lectura. Se ha sentido tan dentro de la historia que, por un momento, confunde realidad con ficción y comenta su recién acabado libro como si se tratara de una experiencia vivida por ella misma.
En cualquier caso, en nuestra rutina diaria siempre hay cosas de las que estamos convencidos de ser los únicos seres humanos en todo el planeta que lo hacemos. Los lectores no iban a ser menos...
- Oler el libro que estás leyendo.
El olor a pegamento, el polvo pegado al lomo, la inestimable fragancia de lo que aún está por descubrir. Huele a emociones... sencillamente, huele bien. Así que, querido lector, siento decirte que no eres el único que se ha acercado ese libro a la nariz y ha aspirado el dulce aroma de las letras...
- Subrayar frases o anotarlas en un cuaderno a parte.
Por que siempre hay frases que quieres retener en tu recuerdo. Son especiales y no pueden (¡no deben!) quedar en el olvido.
- Anotar (también) las bandas sonoras que se mencionan en cada libro.
Algunos autores tienen esa extraña manía de poner una banda sonora a sus escenas. Se trata de una asociación de conceptos con la que juegan y que, de alguna manera, motiva al lector en su faceta más curiosa. Escuchar después aquéllas que no conoces se convierte muchas veces en todo un descubrimiento, ¿no es cierto?
- Establecer extrañas relaciones entre capítulos de un libro con fragmentos de otro.
Empiezas a recordar que hace dos meses leíste otro libro que mencionaba el mismo yacimiento arqueológico. Sospechas que no puede ser coincidencia. Miras las fechas de edición. No puede ser cierto. Los autores no pudieron conocerse. Con toda probabilidad eres tú el que está creando una relación no existente entre dos hechos que nada tienen que ver... sin embargo, sigue siendo demasiada coincidencia que el cuerno de unicornio aparezca en dos novelas que nada más tienen en común. Desde luego, da mucho juego y aumenta tus expectativas sobre el próximo libro que espera sobre la mesa a que lo empieces a leer.
Por último... un par de consejos:
PD_ Estimadas lectoras: cuídense de no pintarse las uñas de color rojo antes de estrenar un libro.
PD II_ Estimados lectores: tocarse la barba mientras leen no es buena idea.
¡Larga vida a los libros!
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