Hace algunos meses, visitando una feria del libro, cayó en mis manos un ejemplar que no pude rechazar:
El Cambio está en ti. Las nueve actitudes que transformarán tu vida -Neale Donald Walsch.
Alguien como yo, buceando constantemente en mis propios pensamientos e interrogando siempre mis sentimientos, en lucha constante por salir adelante... siempre en contacto directo con la parte más profunda de mi yo interior, no podía dejar de leer un libro que ya desde sus primeras páginas dice:
Sentado o de pie, listo o no, debo decirte: los cambios en tu vida nunca acabarán. Si piensas dejar las cosas un rato, para esperar que todo se calme, quizá recibas una sorpresa. Nada se calmará. Las cosas estarán en constante movimiento en este planeta y en tu vida por mucho tiempo. De hecho... sí, bueno, mejor te lo digo, así será siempre.
Y es tan cierto... vivimos en un continuo cambio. Aún cuando parece que nada parece cambiar, está sucediendo incluso sin darnos cuenta. La vida es movimiento. Solo que todo depende de hacia dónde se mueve y hacia dónde queremos que se mueva. Ahí está la cuestión: ¿hacia dónde queremos encaminarla?
A falta de veinte páginas para terminarlo, os puedo decir que me ha gustado mucho. Personalmente pienso que, como de cualquier experiencia de nuestras vidas, debemos quedarnos con lo mejor. Cada cual elige su parte y se queda con ella. La que más le convenga. Así que yo hoy os voy a dejar la parte que me ha llamado más la atención del libro.
Relata el autor del libro que, sentarse a meditar le hacía volver loco. Era incapaz de sentarse, cerrar los ojos y no pensar. Vaciar su mente era tarea imposible para él. Sin embargo, alguien le explicó que su idea sobre la meditación estaba equivocada. Le dijo que la meditación no tenía que ver con vacío, sino con foco. Enfocar tu atención en una cosa concreta. Obviar el resto. Mirarlo de cerca. Observarlo con atención. Considerar todos sus aspectos. Ver cómo se ve. Observar sus características. Intentar escudriñar cómo se siente. Qué fragancia tiene. Cuál es su tamaño en relación contigo. Mirarlo de cerca. Alejarse y mirarlo después. Experimentar cualquier cosa en su condición completa.
El autor del libro explica que tal visión de la meditación le hizo cambiar su forma de pensar. Ahora podía meditar mientras caminaba, entrenando su mente para dejar de ignorar todo lo que experimentaba, enfocando su atención en un aspecto particular de la experiencia para experimentarla por completo, experimentarla a otro nivel.
Sus palabras han cambiado también en algo mis percepciones sobre mi alrededor. Yo, persona inquieta por naturaleza, tampoco concebía antes otra forma de meditación que no fuera la de sentarse con los ojos cerrados a vaciar tu mente. Ahora ha cambiado mi perspectiva. Ahora intento encontrar mi relación con el entorno. Mi alrededor (nuestro alrededor) está siempre lleno de un montón de cosas que están ahí desde hace mucho tiempo y que jamás nos paramos a mirar con atención. Siempre con la mente ocupada en mil pensamientos, somos incapaces de enfocar nuestras sensaciones en relación a todo aquello que nos rodea, sean personas o cosas. Incluso manteniendo una conversación, pensamos una respuesta mientras nuestro interlocutor aún no ha terminado su frase. Siempre pensamos por adelantado.
Sin extenderme más, os recomiendo la lectura del libro. Mis palabras nunca sonarán con el mismo entusiasmo con el que el autor nos hace sentir cómo debemos afrontar esos continuos cambios en nuestra vida.
Feliz lectura.