Fregando los platos tras la cena me he dado cuenta que uno
de ellos estaba algo roto. El primer pensamiento que me ha venido a la cabeza
ha sido ¿quién no rompió nunca un plato? Aunque no es habitual en mí andar
divagando mentalmente acerca de tan laboriosos temas mientras lavo la loza, no
pude resistirme a pensar en la procedencia de tal expresión…
Lo más parecido que encontré es lo que os voy a contar hoy. Podríamos
relacionar la expresión romper un plato con la tradicional boda griega. Ya sabéis:
los recién casados estrellan los platos contra el suelo tras la celebración
nupcial mientras todos los invitados jalean a la pareja para que sigan
rompiendo más platos. Parece ser un signo de futura abundancia… algo así como
decirle al destino eh tú, tengo tanto dinero que me sobran los platos. Algo
absurdo viéndolo así, si me perdonáis la osadía. Probablemente en algún lugar
del planeta habrá un griego leyendo ésto ahora y pensando lo absurdo de matar
un toro de forma sanguinaria en una plaza, previo enorme sufrimiento del
animal, pero a ver quién le dice eso al español tradicional…
Otra explicación a lo de romper un plato parece proceder de
su asociación con el enojo. Estás enfadado y tiras un plato al suelo pensando
que con romperlo descargarás toda tu ira en ello. En antiguas celebraciones, la
gente comenzó a romper platos para que los malos espíritus pensaran que se
trataba de una celebración violenta y desagradable y así huyeran engañados.
En cualquier caso, poca relación parece tener nuestra
expresión no haber roto nunca un plato con esas explicaciones.
Mi madre suele decir que los platos los rompe el que los
friega. Obvio ¿no es cierto? Y ahí es donde yo quería llegar. Nadie deja los
platos sin fregar por el riesgo a romper alguno. Sin embargo es cada vez más
grande el número de personas que ha dejado de arriesgarse a actuar:
¿Te gusta una persona pero no eres capaz de arriesgarte a
decírselo por miedo a ser rechazado?
O al contrario, ¿no sabes cómo dejar a esa persona que
tienes al lado por miedo a lastimarla si le dices que ya no sientes lo mismo?
¿No te gustó el comentario que él/ella hizo de ti pero
prefieres callar por no tener problemas?
¿Tienes miedo a que te encasillen en un estereotipo por
regalar flores a una mujer o por ir al cine con un amigo?
¿Qué pasaría si dejara el empleo actual para intentar
abrirme camino en otra rama?
Debemos tener claro que la vida es puro riesgo pero no
podemos por ello dejar de vivir. Así lo corroboran algunas frases que todos habremos
leído: Prefiero arrepentirme de aquello que hice que de aquéllo que debí hacer,
Caer está permitido pero levantarse es obligatorio, etc.
Sí amigos, no podemos vivir resignados a no actuar. No se
trata de ir por ahí rompiendo relaciones y amistades, pero no podemos dejar de
ser nosotros mismos por miedo a ser prejuzgados, por miedo al ridículo, por
miedo a ser vulnerables, por miedo a represalias… Si tenemos que romper un
plato pues lo rompemos y listo. Algunos incluso necesitaremos una vajilla
entera que romper. Pero la vida está llena de platos y no todos se romperán. Menuda
comparación ehh…
En resumidas cuentas:
Sé TÚ mismo
Muy buena entrada!
ResponderEliminarVivamos!! aunque en el medio se nos rompan platos :D
Un saludo grande!